domingo, 11 de noviembre de 2018

NUEVO COMIENZO CON LA DIETA CETOGÉNICA







La vida de Nacho ha estado llena de subidas y bajadas en cuestión de salud. Desde que comenzase con la epilepsia en el año 2016, ha tenido una involución considerable en cuestión de salud, a nivel cognitivo y en todos los aspectos.
Lo único que quedaba por probar en ese momento era la dieta cetogénica. Era nuestra esperanza para poder ver una salida al túnel en el que nos habíamos metido y no veíamos salida por ningún sitio. Se complicaba cada vez más su salud por las neumonías de repetición y todas las crisis que tenía a lo largo del día, las cuales no le dejaban descansar ni ser él mismo.

Después del primer contacto con la dieta cetogénica, en el cual nos llevamos un ingreso a uci por una gripe A, teníamos un poco de miedo que volviese a ocurrir. Y si volvía a ocurrir... ¿Qué pasaría con Nacho?.. ¿Tendríamos la misma mala experiencia que tuvimos en el último ingreso?
Por un lado no quería que volviese a ocurrir, por lo tanto no quería que comenzase de nuevo con la dieta, pero por otro lado, era por el momento la única esperanza que nos quedaba para ver si las crisis cedían o no.

Mientras le daba vueltas al asunto, seguíamos con nuestra vida llena de crisis de todo tipo. La mayoría eran de ausencia con desconexión total del medio y con la consecuente caída al suelo, pero también habían más complejas que se quedaba clavado en el suelo, terminando con un grito ensordecedor, lo que me hacía pensar.. Ojalá me estuviese pasando a mi, no a mi niño. Daría mi vida si pudiese con tal que mi niño no sufriese, pero lo único que podía hacer era intentar que no se hiciera daño en cada crisis que tenía, porque no dependía de mi y no podía hacer nada.

Después del último ingreso en el mes de mayo a consecuencia de las aspiraciones silentes, al tomar la papilla baritada para la videofluoroscopia, Nacho iba cogiendo más fuerza por días. 

A Nacho le encanta ver sitios distintos y aunque hemos ido en varias ocasiones, volvimos a ir al parque Europa de Torrejón de Ardoz.



Seguíamos con la recogida de tapones, aunque no tenía puntos de recogida porque no podía ir a recogerlos, la gente que nos conoce nos acerca los tapones para seguir colaborando con la investigación del síndrome de duplicación mecp2. Desde que Nacho comenzase con sus problemas de salud, era muy difícil para mi poder hacer algo para la asociación que implicara estar más horas fuera de casa, pues Nacho necesita muchos cuidados.

Nacho comenzó a ir de nuevo al colegio, pues ese año casi no fuimos por todos los ingresos que tuvo, pero como parecía que estaba algo mejor, le volví a llevar, pues el cole le viene muy bien.

Estábamos también pendientes que le hicieran a Nacho un T.A.C. torácico para ver si tenía o no bronquiectasias, siendo esa una de las causas de que Nacho tuviese infecciones respiratorias tan seguidas. Lo tenía programado para el día 1 de junio del 2017, por lo que ya le quedaba poco tiempo de espera. Estábamos en el mes de Mayo.

Ese mes, se hizo una feria de asociaciones en Cabanillas del campo y fuimos a que nos conocieran. Íbamos también con la Asociación de niños con diversidad funcional Caminando a la que también pertenecemos. Fui yo sola, pues Nacho comenzó con un poco de moco y no sabía si iba a poder venir o no. Se quedó su padre con los niños y acordamos que viniesen cuando Nacho se despertara.
Mientras, en Cabanillas lo pasamos muy bien todos juntos.



A lo largo de la mañana se acercaron los niños con el padre y vi a Nacho con muy mala cara. Le tomé la temperatura y tenía fiebre... Busqué una farmacia, le compré paracetamol y se lo di. Le dije a su padre que se fuesen a casa y que esperasen a que fuese para llevarlo al hospital.

Cuando terminó la jornada en Cabanillas me fui a casa, recogí a Nacho y me le llevé al hospital. Le hicieron analítica y placa. 
De nuevo le tuvieron que ingresar por una nueva infección respiratoria. Le pusieron antibiótico intravenoso, y pasamos los días. En el ingreso siguió teniendo sus crisis y en una de las ocasiones lo pudo ver la pediatra cuando estaba en ese estado.



Poco a poco fue mejorando hasta que nos pudieron mandar a casa, pues teníamos pendiente el T.A.C. torácico. Con lo cual le mandaron Levofloxacino para terminar con el tratamiento en casa.

En casa ya estaba a sus anchas y lo primero que hizo fue ir a la cocina a ver si me podía colocar todos los cacharrillos a su gusto..jajaj es una cosa que le encanta... Saca todas las cosas de los cajones y me coloca el armario de los táper y de las cacerolas como a él le gusta..jeje




El día 29 de mayo, tuvimos cita en neurología del hospital Niño Jesús. Nos daban los resultados del videoelectroencefalograma 
Estaban muy preocupados por la epilepsia tan severa que tenía Nacho. No sabían si estaba teniendo una encefalopatía epiléptica muy severa o un estatus epiléptico severo. Por lo tanto sin pensárselo dos veces se levantó la neuróloga de forma repentina y me comunicó que iba a avisar a la doctora Pedrón para ingresar ese mismo día.... No me dio tiempo ni a respirar, cuando la doctora se marchó de la consulta.
Mientras la doctora estaba fuera, me acordé que el día 1 de junio 2017 teníamos el T.A.C. torácico para ver si tenía bronquiectasias, que mi pequeño Ángel no lo iba a llevar muy bien porque no me había dado tiempo a despedirme de él y que todavía estaba tomando levofloxacino para la infección, pues hacía nada que había salido del hospital por la última neumonía. Era muy repentino ese ingreso y necesitaba tiempo para planificar todo.
Entró la neuróloga en la consulta y le expuse todo lo que había estado pensando mientras ella no estaba. No estaba muy de acuerdo, pues para ella lo más importante era la epilepsia de mi hijo y para mi también, pero también era muy importante saber el porqué de tantas neumonías y le pregunté si allí en el Niño Jesús le iban a hacer el TAC que tenía programado para el día 1 en La Paz y me contestó que no.. Con lo cual no me quedaba otra que retrasar unos días el ingreso. Sobre todo porque todavía no había terminado con el antibiótico.
Cuando salí de la consulta, le dije a las señoritas de ventanilla que Había quedado con la neuróloga que el ingreso tenía que aplazarse hasta el día 2 de junio y lo apuntó en la agenda.

Al día siguiente (30 de mayo 2017) me estaban llamando del Hospital Niño Jesús para ingresar ese mismo día... No lo podía creer.. pero si habíamos quedado en que iba a ingresar a partir del 2 de junio!!! 
La señorita del teléfono no entendía que el día 1 le tenían que hacer un TAC y tampoco podíamos posponer mucho que le hiciesen esa prueba de imagen, pero la señorita seguía insistiendo en culpabilizarme de no hacer ese ingreso.. como si la vida de mi hijo no me interesase para nada y me hizo sentir muy mal, pero tan importante era su epilepsia, como sus infecciones respiratorias. Era la pescadilla que se muerde la cola y como le dije en un ejemplo... Que fue  primero.. EL HUEVO O LA GALLINA...No hay mayor cosa que yo quiera, que ver a mi hijo sano, sin epilepsia y sin infecciones respiratorias. Tan importante eran sus más de 100 crisis diarias como todas las neumonías que tenía, las cuales, cada vez eran más severas. Se hizo silencio y parece que la señorita del teléfono accedió a retrasar el ingreso hasta que le hicieran la prueba de imagen.

Llegó el día 1 de Junio y le hicieron el TAC. 
Aprovecharon la primera hora que está con toda la medicación y se quedó dormido. No necesitó anestesia para que se quedase quieto, pues la propia medicación para la epilepsia hacía que no se moviese.

Ese mismo día por la tarde, me volvieron a llamar por teléfono desde el Niño Jesús y les dije que ya podíamos ingresar cuando quisieran. Programaron el ingreso para el día 5 de Junio. Teníamos que estar allí a primera hora de la mañana para hacer analítica completa. Preparé las cosas para el ingreso con maleta incluida con ropa de cambio para mi, pues en principio era un ingreso que iba a durar una semana si todo iba bien.

 A las 8:00 de la mañana de ese 5 de Junio, estábamos en el hospital niño Jesús. Le hicieron las analíticas pertinentes. Luego nos pasamos por la consulta de la doctora Pedrón. Hicieron nuevas mediciones, peso y talla de Nacho. Prepararon los papeles y nos llevaron a la sala San Vicente a comenzar con el tratamiento.



Todo iba bien. Este ingreso estaba siendo muy tranquilo, pues podíamos darnos una vuelta por los alrededores del hospital, salir a la calle a dar un paseo con la silla de ruedas, ir al teatro del hospital o a las distintas actividades que se hacían para los niños. No parecía que fuese un ingreso.. 
Al principio le costó un poco que hiciese cuerpos cetónicos. Le iban aumentando el ketocal y bajando los lácteos poco a poco hasta que se quedó en una dieta cetogénica clásica 4:1. 
En vez de durar el ingreso una semana, se estaba alargando más de lo normal, pues no terminaba de alcanzar los niveles óptimos de cuerpos cetónicos. Aún sin haber alcanzado todavía los niveles, estaba empezando a ver algún cambio en Nachete, como que me parecía que no le daban tantas crisis seguidas, o por lo menos era una primera impresión.

En Junio del año pasado (2017) hubo una ola de calor muy grande. En el hospital no se notaba durante el día, porque estaba puesto el aire acondicionado durante todo el día, pero por la noche hacía mucho frío, pues es centralizado y no podían quitarlo. Luego las rejillas para que no diese el aire estaban estropeadas y no había manera que se cerrasen y daba continuamente el frío. Le tenía que tapar con mantas.
En una de las ocasiones me quejé, porque Nacho estaba cogiendo frío y me daba miedo que terminase con una neumonía por los cambios de temperatura que habían y así se lo transmití al personal. Nos comunicaron que en un par de días nos iban a dar el alta, pues Nacho había alcanzado los niveles necesarios de cuerpos cetónicos y ya no tenía que estar tan controlado, pero no nos pudieron dar el alta porque el día que supuestamente nos íbamos a ir a casa comenzó con un poco de moco....Si me hubiese callado cuando me quejé del aire acondicionado habría estado más guapa la verdad, a lo mejor no habría comenzado con mocos o si... Me empecé a preocupar, pues últimamente las neumonías de Nacho evolucionaban muy deprisa y no te podías relajar ni un segundo. De nuevo estaba ocurriendo lo mismo que ocurrió en el mes de marzo y nos teníamos que preparar para lo que pudiese pasar..




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