lunes, 29 de abril de 2019

ROMPIENDO LOS PRONÓSTICOS





En el último post explicaba que nuestro pequeño estaba empezando a hacer los deberes y eso nos daba una inmensa alegría. 
Nacho estaba rompiendo todos los pronósticos de los adjuntos de patología compleja, porque con la gravedad en la que se encontraba ya se tendría que haber marchado. Yo seguía respetando y apoyando las decisiones de Nacho. 
Vinieron los fisios para hacerle fisioterapia respiratoria. Me gusta fijarme en cómo hacen la fisioterapia, porque en cada hospital tienen una técnica diferente de las que puedo aprender muchísimo. Al principio usaban cough assist y compresiones. Venían dos fisios. Uno manipulaba el tosedor mientras que el otro le hacía las compresiones para sacar moco. Me fijaba que siempre ponían una mano en la tripa. Mi curiosidad me hizo preguntar porqué lo hacían, pues en casa no hacía eso. Estoy sola a la hora de ponerle el cough assist y no tengo más que dos manos, aunque he de confesar que a veces me gustaría ser un pulpo..jejeje.

Me explicaron que era para evitar la entrada de aire en el abdomen durante la inspiración y que lo que podía hacer en casa era ponerle una faja en el abdomen, así evitaría que se llenase de aire. Cada vez que usaban el tosedor aspiraban antes y después de su utilización. El aspirador es uno de los aparatos que menos me gustan de todos los que tiene Nacho porque irrita la mucosa y provoca que produzca más moco aún, pero veía que le sacaba muchísimo moco y que respiraba mejor. Las veces que usaban el tosedor tenían que usar ambú para que se recuperara, porque se desaturaba y luego le costaba remontar. No había visto nunca tan cerca usar un ambú. Tampoco sabía muy bien el mecanismo y me lo explicaron entre las enfermeras y los fisios. Solamente había un inconveniente y era que con ambú, la tripa se llenaba más de aire.  Me gustaban esas clases intensivas de fisioterapia y enfermería..jjj

Las bolsas de la nutrición parenteral son blancas y opacas para que no le de la luz al preparado. Una de las enfermeras le hizo un dibujo en su bolsa para quitar un poco la seriedad al asunto. Quedó muy bonita.






Al ser la vía periférica y canalizada en una zona donde los movimientos que hacía Nacho con el brazo obstaculizaban el fluido, tenía que estar constantemente llamando al timbre para que pusieran la bomba en marcha, no hacía más que pararse indicando obstrucción de la vía y eso retrasaba todo el tratamiento. Al final aprendí donde tenía que tocar para reiniciarla, así no tendría que estar todo el tiempo molestando. Pero la situación se estaba complicando porque no podía soltar el brazo de Nacho para nada. En cuanto lo soltaba, la bomba se paraba. Se lo comunicaba a las enfermeras, pero me decían que no podían hacer nada... Sin embargo la que iba a pasar la noche sin dormir y sin poder moverme de su lado ni para ir al wc era yo. No me parecía muy normal. 
Ya por la tarde fueron a ponerle un enema a Nacho. Yo preferí salirme de la habitación para descansar un poco, Así podría comprobar si el personal era capaz de hacer todo sin tener que soltar el brazo de Nacho. 
Qué casualidad, que el personal sanitario no pudieron soltar para nada su brazo, lo que impidió que pudieran poner bien el enema así como ponerle la nutrición a Nacho sin tener que reiniciar constantemente la bomba. 
Qué casualidad también que enseguida se pusieron en contacto con los facultativos.

Por la noche me tocó intercambiar puntos de vista con una enfermera por la situación de la vía. Era como si me estuviese echando la culpa de porqué no me había quejado. Me hizo sentir mal porque estuve durante todo el día quejándome de la situación, pero no me hacían caso. Así que le dije que qué quería que hiciera... ¿Matar a todos por no hacerme caso en ningún momento?
Menos mal  que las enfermeras de la tarde sufrieron la situación que yo estaba sufriendo surtió efecto, porque a la mañana siguiente me informaron los médicos que le iban a canalizar un PICC, programando así la entrada en UCI para introducirle la vía central periférica.

Durante la estancia de Nacho en la planta de crónicos complejos me tocó en varias ocasiones intercambiar distintos puntos de vista con el personal. No solo con enfermeras, sino también con alguna auxiliar que a la hora de poner un enema a Nacho no se dejaba orientar por mi experiencia. Yo me dedico a esto. Soy CUIDADORA en un centro de atención a la discapacidad y trabajo con personas adultas. Nacho prácticamente ya tiene cuerpo de adulto. Mi trabajo del cual estoy muy orgullosa, consiste en CUIDAR a la persona con discapacidad, asistirla en lo que necesite, así como ayudar al DUE en lo que precise. Todos los días colocamos enemas e intentamos hacerlo de tal forma que no provoquemos un caos en la colocación ni en la limpieza de la persona con discapacidad, pero a algún auxiliar no le sentaba muy bien que una MADRE le dijese lo que tenía que hacer y pasaba lo que pasaba. Un caos catastrófico..jejeje
Desde aquel intercambio de opiniones, yo me salía de la habitación para no ver lo que hacían porque sino ya me habría tocado discutir, cosa que no me gusta porque a mi lo que me gusta es ayudar, no entorpecer.

Después de ponerle PICC a Nacho la cosa fue más tranquila y fluida. La medicación se ponía a su hora, la nutrición también y la vía estaba perfecta. Un alivio.
Nacho, fuera de las expectativas que tenían los médicos, estaba cada vez más espabilado. La tripa seguía sin funcionar, pero a primera vista parecía que iba mejor y eso hacía que se sintiera mejor al igual que yo.
Todos los días venían voluntarios para hacer reiki a Nacho. Se sentía la paz en el tiempo que duraba la sesión.
Miraba por la ventana y aunque solo podía ver las torres, parecían más bonitas.




Poco a poco Nacho se fue recuperando fuera de todo pronóstico de los médicos, que parecía que les costaba entender la situación porque habrán pasado por muchas situaciones similares a las de Nacho y el pronóstico siempre se cumplía. Pero Nacho no quería irse. Nacho quería quedarse.

Un día su tripa comenzó a hacer algún sonido. Parecía que empezaba a haber movimiento peristaltico. Los médicos alucinaban igual que yo..jejeje

Llegó el día en que el tratamiento con antibiótico tenía que terminar. Por un lado me daba miedo pero no podía continuar más tiempo con ello.
Los parámetros del bipap estaban cada vez más bajitos y decidieron a pasar a alto flujo. 



Después de 15 días con la bipap puesta, era la primera vez que le veía sin la mascarilla. Pude ver que era mi niño el que estaba allí.

Al estar mejor, le dije a su padre que se trajese a Ángel para que viera a su hermano. Le echaba muchísimo de menos.
Su padre le trajo el brutote, un muñeco que tiene desde que nació y se puso como loco de contento. Hacía muchos días que no lo veía, no lo soltaba para nada jejeje. Hacía una fuerza que nunca la había hecho por ningún juguete..jeje

Le hizo  muchísima ilusión ver de nuevo a sus tíos, abuelos, amigos.
Empezaba a interactuar con todo el personal del hospital, entonces me di cuenta que Nacho no se había ido porque quería estar aquí con sus juguetes, familiares y amigos. Había decidido que no era su momento para partir y por eso había sido capaz de salir del gran agujero que se había hecho a su alrededor.

Las analíticas estaban mejor, aunque debido a la nutrición parenteral le estaban empezando a subir los triglicéridos. Al haber comenzado a funcionar su ileo, decidieron pasar a nutrición enteral. La vía central se la seguirían dejando para administración de medicación.

Vino un médico y me comentó que los cuerpos cetónicos los tenía muy elevados y la glucosa muy bajita. Habían pensado en mezclar su ketocal con leche normal.. madre mía que barbaridad. Si administras un lácteo en una dieta cetogénica provoca que se rompa la cetosis y comience con crisis y me negué a que hiciesen eso. Si necesitaban que subiese la glucosa y bajasen los cuerpos cetónicos, podrían probar a administrar alguna medicación que tuviese más azúcar como la carnitina en jarabe, que Nacho lo tiene prohibido por la cantidad de glucosa que tiene. Así si subía la glucosa le bajaban los cuerpos cetónicos ya que ambos factores están relacionados.

Poco a poco Nacho iba a mejor. La tripa se iba recuperando del ileo paralítico, aunque todavía no había hecho caca de forma espontánea a no ser que fuese con ayuda de sonda y estimulación.

Le retiraron el alto flujo y le pusieron una gafa a ver si soportaba el cambio. El bipap lo usaba solamente para dormir, como acostumbra a hacer.
Los fisios estaban muy contentos. Le seguían haciendo fisioterapia respiratoria y le seguían sacando moco. Incorporaron también ambú para hacerle hiperinsuflaciones. Me gustaba la forma que tenían de hacerlo, aunque iba a ser muy difícil que pudiera hacer lo mismo en casa puesto que no dispongo de ambú, entonces me enseñaron a hacer las hiperinsuflaciones utilizando el cough assist.
Las clases de fisioterapia respiratoria eran muy productivas. Había aprendido mucho durante las sesiones. Yo les ayudaba con el tosedor cuando solamente venían un fisioterapeuta a tratar a Nacho. Me gustaba porque me hacía sentir útil.

En una de las ocasiones que vino su padre a visitarnos  coincidió con uno de los facultativos que estuvieron tratando a Nacho durante todo el ingreso. Se disculparon con nosotros porque no creían que saliese de este proceso por la gravedad del estado en el que se encontraba. Estaban muy sorprendidos porque Nacho era la  excepción. Había luchado, había vencido y volvió a nacer.

Cada vez estaba más contento. 
Como no había dejado de tener fiebre en todo el ingreso, estuvo sin pijama todo el tiempo. Así las medida físicas para bajar la fiebre eran más efectivas. Pero al bajarle la fiebre y mejorar su estado le pudimos poner un pijama. 
Poco a poco iba mejorando hasta que un día le retiraron el oxígeno. 
Solo faltaba que hiciese caca para poder marcharnos a casa.


Después de haber pasado por un proceso tan tan complicado como es una neumonía con fallo multiorganico como la que padeció mi niño, no nos podíamos creer que prácticamente todo hubiese sido una gran pesadilla de la que nunca nos podríamos olvidar.
Han sido muchas las experiencias vividas, hemos derramado muchas lágrimas, hemos gritado, hemos deseado que todo fuese un mal sueño, pero esta situación solo nos ha ayudado a ser más fuertes. Nachete estaba feliz, no parecía haber pasado por un proceso tan complicado.

Nacho al final hizo caca para repartir a todo hospital..jejeje y nos dieron el alta. Nos podíamos ir a casa a descansar y solo pensar en que todo había pasado. La pesadilla había terminado. Podíamos comenzar una nueva etapa con más experiencia, más paciencia, priorizando las cosas que son verdaderamente importantes. Dábamos gracias por estar todos juntos.



martes, 23 de abril de 2019

UNA PESADILLA DIFÍCIL DE OLVIDAR




Después de haber pasado por la angustiosa situación de la parada respiratoria me esperaba cualquier cosa, pero tenía que tranquilizarme para poder hacer frente a toda esta situación tan oscura. Al estar sola en la habitación podía hacer reiki sin ningún ruido alrededor. Eso me tranquilizaba y también le tranquilizaba a Nacho.

Comencé a despedirme de mi hijo mientras le hacía reiki. 
Le dije que había sido un gran hijo del que estaba muy orgullosa, con él había aprendido lo que es el amor incondicional. Nos había hecho ver durante toda su vida lo que era capaz de hacer en situaciones complicadas. Había demostrado que era un luchador y un ganador, porque la mayor carrera que podría hacer era su vida y la tenía ganada con medalla de oro. No tenía que seguir luchando si estaba cansado. Le dejaba descanso para que dejase de sufrir. Yo le apoyaría si decidía marcharse para descansar, también le apoyaría si decidía quedarse. No quería que mi apego le retuviera y no quería ser egoísta al desear que se quedara con nosotros.
En ese momento noté tranquilidad a pesar de todo mi dolor. Esperé a ver qué quería él.

Durante la noche tuvo otra parada, que fue asistida enseguida por el personal de la planta. Yo le intentaba acompañar la respiración con un poco de masaje. 
Los médicos le auscultaron y notaron que no había movimientos peristálticos. La tripa se le había parado, había hecho un Íleo Paralítico. 
Era muy curioso poner el fonendo en su tripa y no escuchar "nada". ni un líquido, ni un movimiento, "nada".
Los médicos volvieron a informarme que era signo de mucha gravedad. No hacía falta que todo el tiempo estuviesen repitiendo la misma cantinela. Sabía que mi hijo estaba grave y solo tenía que esperar a ver su evolución.

Pasó la noche y Nacho comenzó a abrir los ojos muy Vagamente. 
No se fijaba en nada. Solo tenía la mirada perdida.
Comenzó a quejarse y pedí que le vieran los médicos.
Al tener la tripa parada iban a intentar poner algún tipo de laxante, porque su tripa estaba llena de heces y había producido que tuviese más retención de líquidos en la zona del abdomen.
Le dejaron en absoluta y programaron un enema.
Aunque le dejaron en ayunas, las medicaciones se las seguían administrando a través de la gastro. Era una acción que no entendía, ya que su ileo no  funcionaba.
Le conectaron una bolsa de vaciado a su gastro y estaba abierta siempre. Al principio no salía nada, luego comenzó a salir productos de desecho a la bolsa de vaciado.

En vez de administrarle enema le pusieron un micralax que no hizo efecto. Pensaron en un principio que la administración de más líquidos a su cuerpo no le convenía, ya que no podía mover la tripa para expulsarlo.
El pobre seguía quejándose cada vez más. Los médicos le administraban paracetamol para el dolor, pero me preguntaron que si quería administrar mórficos para que no le doliese. El inconveniente es que su ileo estaría más parado aún. 
Por un lado pensé que por lo menos el pobre no sufriría esta agonía. Por otro lado pensé que todavía no era el momento de administrar esa droga porque le veía más reactivo.

Los facultativos me volvían a repetir la gravedad de Nacho. Iban a hacer todo lo posible por que Nacho estuviese lo más cómodo posible y sin sufrir, pero tenía que entender que lo más probable es que no le quedase mucho tiempo.
No pude evitar mostrar mi malestar a la situación que estábamos viviendo. Sabía que estaba grave pero tenían que entender y  respetar los tiempos.
No me explicaba porqué en su día le sentenciaron a no aplicar las técnicas invasivas si no habían conocido a Nacho en estado basal. Solamente le conocían en los estados de gravedad. Pero al estar escrito en un informe por el servicio de paliativos tenían que seguir el protocolo. Lo entendía, aunque no lo compartía por el dolor que suponía, pues pensaba que le iban a desahuciar. La doctora me tranquilizó y me explicó que harían todo lo que estuviese en su mano para que Nacho estuviese confortable, e intentarían resolver las complicaciones que se presentasen.

También les comenté porqué no le administraban la medicación vía intravenosa. Nacho toma muchísima medicación durante el día y eso es más líquido añadido a su parada tripa.
Al final le pautaron todas las medicaciones que pudieron por vía intravenosa. Una vía periférica que poco a poco se iba deteriorando. Cada vez estaba más castigada por la cantidad de medicamentos que le administraban a lo largo del día.

El día pasó y llegó la noche, la temida noche.
Tuvo varias desaturaciones que necesitaron ambú para que remontara, pero no fue tan grave como el día anterior. 
La vía le falló. Intentaron coger otra vía donde pudieron para administrar la interminable medicación.
La noche pasó y el día llegó.

Intentaron de nuevo con laxante, pero sin resultado.
Nacho seguía en absoluta. poco a poco iba saliendo contenido fecal al exterior, aunque seguía sin haber movimiento de tripa.
Entre la fisio y los calmantes, Nacho estaba algo más tranquilo. Podía mirarle a los ojos e intentar cantarle la canción del gato grande, sin embargo no estaba tan fuerte como yo pensaba, porque era incapaz de cantar sin derramar alguna lágrima y tenía que parar. No quería que mi niño me viese llorar.

Volvió a llegar la temida noche y los médicos seguían igual de pendientes de su evolución. 
Perdió la cetosis. No se si fue por todo el estrés que estaba sufriendo el pobre o porque algún medicamento administrado le estuviese haciendo que subiese su glucosa. Me dio mucha pena pues confío plenamente en la dieta cetogénica para su epilepsia, pero no podía hacer nada.
La noche fue más tranquila y aunque fui incapaz de cerrar un ojo estaba más relajada. Las auxiliares y enfermeras me preguntaban porqué no me tumbaba, pues estaba sentada en una butaca sin estirar más que un poquejo las piernas, pero eso no  me importaba porque lo que quería era acompañar a mi pequeño en todo.

Desde la ventana podía ver las torres iluminadas.






Volvió a amanecer y volví a dar gracias. Los médicos seguían con la misma dinámica aunque fueron incorporando nuevas soluciones. Nacho seguía en absoluta. A pesar de ir saliendo contenido fecal por la gastro seguía sin oírse ningún movimiento.
Vinieron los del servicio de digestivo para ver el tipo de alimentación que estaba llevando Nacho. En este caso es una dieta cetogénica. Les enseñé los brick de Ketocal que le estuvieron administrando antes del ileo. 
Iban a comenzar con parenteral, porque aunque estaba con suero, no era aporte suficiente, porque la glucosa que permitía esta dieta era una cantidad muy pequeña, no querían que hiciese una desnutrición produciendo así otra complicación. Bastante complicada era ya la situación.

Comenzaron a administrarle la nutrición  parenteral pero con una vía periférica. Las enfermeras estaban un poco enfadadas porque no entendían porqué no habían solicitado una vía central para administración de alimentación  y medicación. Mientras estaba pasando la alimentación no podían poner la medicación y así sucesivamente.
Vinieron desde intensivos a intentar canalizar la vía que ya tenía con un catéter venoso algo más largo para que durase un poco más. Solamente tenía  una luz y seguía siendo periférica.
Sin ninguna explicación aparente los niveles de cetosis comenzaron a recuperarse solos, incluso antes de empezar a administrar la nutrición parenteral. Su cuerpo estaba empezando a hacer los deberes..jejeje y eso nos daba una inmensa alegría.




domingo, 7 de abril de 2019

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL 2ª PARTE






Cuando comencé a escribir la historia de Nacho lo hice con la intención de dar a conocer el Síndrome de Duplicación Mecp2, qué significa padecerlo, cómo es vivir con una enfermedad rara como ésta. No sabía todas las cosas que faltaban por vivir.
Este capítulo de Nachete ocurrió en Enero del año 2018. Pero no he tenido fuerzas de escribirlo hasta ahora.

Seguimos contando la historia de Nacho.
En el último post explicaba que su padre iba a venir a quedarse con su niño mientras yo descansaba un poco de toda la presión y el estrés que suponía la situación que estábamos viviendo.

Quedé con su padre a que viniese a la hora de comer. 
Comimos juntos y luego se metió para estar con Nachete mientras yo me quedaba fuera descansando. Me distraía con un libro, aunque con la cantidad de cosas que tenía en mi cabeza casi no me podía concentrar. Así que me limitaba solo a estar.
Por la tarde vino su tío Carlos y al verlo en el estado en que se encontraba se llevó un gran disgusto. Era lo que había. No dependía de mi cambiar nada. Las cosas siempre suceden por una razón, aunque a veces nos cueste saber bien cual es la prueba que debes pasar o la razón de por que suceden.
A las 21:00H ya solo podía quedar uno en la sala, así que nos fuimos Carlos y yo. Su padre se quedó para estar con su querido niño.

 Ángel seguía en casa de la tía Gema así que me fui a recogerlo y pasamos la noche tranquilos en casa. No pude pegar ojo en toda la noche, pero estaba con las piernas estiradas al lado de mi Ángel de la guarda y me hacía sentir mejor.

Pasada la noche llevé a Ángel a su cole. Aproveché ese poco tiempo libre hasta llegar a Madrid, para hacer una visita a los médicos de Guadalajara y transmitirles el estado en que se encontraba Nachete, aunque estaban informados de todo a través de los intensivistas de La Paz me apetecía verles e informarles en persona.

Volví a Madrid a la hora de ponerle el tosedor. Se lo pusimos como pudimos, porque el moco seguía igual de pegado.
Después de comer, su padre se tuvo que marchar a por Ángel y yo me quedé con Nachete.

Se acercó un adjunto y me preguntó si tenía su bipap aquí y les dije que si.
Fui a la taquilla a por ello y probaron a ponérselo. Querían ver si era capaz de soportar el cambio de ventilador a bipap, porque necesitaban el hueco que estaba ocupando Nacho y habían solicitado habitación en planta.
En cuanto le retiraron el ventilador abrió los ojos de una forma exagerada. respiraba emitiendo sonidos. Yo me pensaba que era porque se estaba despertando, pero las pulsaciones comenzaron a subirle de una forma muy rápida. Decidieron volver con la ventilación asistida y en cuanto le conectaron el ventilador se fue relajando hasta que volvió a quedarse dormidito. Todavía era pronto para que le pudiesen sacar de UCI.

A la mañana siguiente volvieron a probar a ponerle su bipap y poco a poco fue soportando ese gran cambio. entonces fue cuando decidieron sacarle de UCI. Solo estaban esperando a que nos diesen habitación. Por la tarde ya la teníamos lista.

Cuando desenchufaron el bipap de la red eléctrica se detuvo, porque el Isleep 25 no dispone de batería interna... y dudaron por un momento cómo podían hacer el traslado hasta planta, puesto que necesitaba el bipap para su bienestar.



Le pusieron una mascarilla con reservorio y el oxígeno a tope y se lo subieron sin demora a la planta para conectarle a su bipap enseguida. No había habitación en la planta de crónicos complejos y nos llevaron a P3. También es una planta de crónicos, pero cuando están en un estado más estable.

Al estar en planta, podían venir familiares y amigos a ver a Nachete.
Vinieron sus tíos y el equipo de NIPACE. Me encantó ver como los fisios de Nacho hablaban con dulzura o cantaban canciones para mi niño. Se que en su interior le gustó muchísimo su visita y a mi también.

Por la tarde, Nacho comenzó a tener fiebre. Fue una casualidad... No le bajaba la fiebre con nada. Cada tres horas le ponían antitérmico porque se mantenía la fiebre entre 38 y 39,5. Le poníamos paños de agua tibia, ventilador, abríamos las ventanas. toda medida física era poca y sin embargo la fiebre seguía igual. Hablé con los médicos de guardia por si estuviese comenzando a hacer una Sepsis o septicemia, pero no le iban a hacer ninguna analítica porque a la mañana siguiente tenía una programada.

Cuando le hicieron la analítica a la mañana siguiente y se acercaron a darnos los resultados, nos comunicaron que la analítica había salido muy mal. 
En el tiempo que había estado en UCI, le habían puesto muchos diuréticos para que orinase más y redujeron los líquidos para evitar que tuviese más retención de líquidos. Eso produjo que castigasen más de la cuenta los riñones y había provocado una insuficiencia renal aguda.

Le monitorizaron por si tuviese fallo cardíaco y le pusieron potasio.
Después de la hipertermia y esta insuficiencia renal, los médicos pintaban muy mal la situación de Nachete.

Por la tarde ya tenían habitación libre en P1, la planta de crónicos complejos. De nuevo quisieron desconectarle El Bipap para su traslado y de nuevo se dieron un susto al pararse la máquina. Le volvieron a conectar el reservorio y el oxígeno a tope y con ayuda de los celadores, y los tíos Carlos que estaban conmigo trasladamos los bártulos a la sala de crónicos complejos.

Estando en planta Nachete se sentía más arropado y acompañado. Podíamos estar a su lado las 24 Horas del día. No solo porque estaba con él durante todo el tiempo, sino porque también podían venir a visitarlo todas las personas que querían. Prácticamente todos los días tenía alguna visita. Eso lo tranquilizaba, porque podía estar con toda la gente que lo quería.

El monitor estaba las 24 horas conectado. Las ondas no eran muy buenas y el ritmo cardíaco seguía igual de acelerado. No era un buen marcador. De vez en cuando parecía que la respiración se quedaba a "0", pero enseguida recuperaba. Solo era cuestión de segundos.

Por la noche vino Soraya a visitar a su querido Nacho. No se separaba de él ni un momento. Ella sabía lo agotada que debía estar y me dijo si quería ir a darme una vuelta. Las condiciones de salud de Nacho no eran buenas y le dije que prefería quedarme en la habitación.
De pronto Soraya me dijo que porqué marcaba "0" el parámetro de la respiración del monitor y le dije que no pasaba nada, pues lo hacía de vez en cuando, ya que seguía haciendo pausas de apnea... Pero vi algo raro esta vez. El aparato seguía marcando "0". Me acerqué corriendo y Nacho No respiraba. Le estaba bajando la saturación a pasos agigantados. Me empecé a poner nerviosa y le dije a Soraya que corriese a avisar a las enfermeras. Esta situación la viví hace muchos años en una fiesta de navidad, con un niño en el cole de Nacho. 
Vi como la vida de mi hijo se desvanecía en mis brazos. Seguía sin respirar, la saturación marcaba 30 y mi instinto fue subirle a tope el oxígeno y comenzar a realizar maniobras RPC
Me fijé en el monitor y había pulso. Entonces relajé las compresiones para ver si movía los pulmones. De repente dio una bocanada de aire y el bipap volvió a funcionar.
No se cuanto tiempo pasó no creo que llegase a los dos minutos. Para mi ese tiempo fue una eternidad. Se presentó todo el personal de enfermería, auxiliares, médicos y enseguida se ocuparon de Nacho con ayuda de ambú y lo estabilizaron. 


La pobre Soraya esperaba a fuera de la habitación, con una preocupación grandísima. Cuando pudo pasar le dije que había tenido una parada respiratoria. Nacho estaba muy grave y podía pasar cualquier cosa en la Noche. Les dije que debían irse a casa. Ya la avisaría con lo que fuese.
Pobre Soraya.. Que disgusto se llevó...

Hablé con su padre para decirle lo ocurrido y lo que podría pasar durante la noche. No podía venir hasta aquí porque tenía que estar con Ángel, ya le avisaría con lo que sucediese en la noche.
Estando ya tranquila en la habitación comencé a pensar en lo que podría pasar durante la noche, en lo que supondría para todos. El dolor se hacía más intenso, mi mente se cerraba.