lunes, 13 de julio de 2015

LIBERTAD




HOSPITAL LA PAZ

Decidieron meterle en lista de espera para operarle pues no mejoraba su estado de salud y se asustaron al ver las apneas tan fuertes que hacía. Según comentaron en ese momento, era un niño que hacía un sahos de adulto y eso casi no se veía.
Estuvo un tiempo relativamente corto. Venía constantemente la anestesista a revisar su estado de salud porque tenía moco y era un riesgo meterle en quirófano pero como era una operación urgente, deliberaron los pros , los contras y le operaron en seguida.
Al principio pensaron en quitarle amígdalas, coserle la lengua y quitarle parte de la úvula,  pero cuando estaba en la mesa quirúrgica salió el cirujano y nos dijo que en vez de quitarle la úvula, le quitarían las vegetaciones, amígdalas y le coserían  la lengua para tener una vía aérea más permeable y sin dificultad para la entrada de aire.
Mientras estaba en quirófano,  no hacíamos  más que dar vueltas y vueltas, leíamos, dábamos paseos por la sala de espera, hablábamos del después para que la espera se hiciese más amena.
En una ocasión salió un cirujano a informar a unos papás que estaban esperando a que su niño saliese de la operación. Les dio la terrible noticia de  que su pequeño había fallecido en la mesa de quirófano porque había sufrido muerte cerebral.
Los papás de ese Angelito no tenían consuelo de nadie.  No podían creer que hubiese pasado con su pequeño y lloraban su pérdida.
En ese momento empezamos a pensar que podía pasar lo mismo con nuestro pequeño Nacho  y nos empezamos a poner nerviosos.
Se hacía larga la espera, Interminable espera. Hasta que salió el cirujano que le operó a informarnos  que todo había salido bien… buffff En ese momento pudimos respirar.
Pasamos a la UCI para verle. Estaba lleno de pinchazos, de  tubos, cables de todo tipo, para el pulsioxímetro, para el corazón, para el oxígeno. No podíamos casi tocarle de tanto tubo como tenía.
Estaba tranquilo y estable comía por sonda pues no podían darle de comer por boca en esa situación.
Pasó todo el día  intubado,  le costaba respirar solito. Llegó el momento de finalizar la visita porque nos  teníamos que marchar y dejarle allí con los médicos.  Nos  costó salir de UCI, pero sabíamos que no podíamos estar más allí. Estaba cuidado y controlado.
De nuevo llegamos a casa y nos encontramos con ese gran vacío que nos dejó su cunita solita.
Al día siguiente le extubaron. Podía respirar solito pero estaba muy quejicoso. Casi no le podíamos tocar ni acariciar. Le dolía todo, todo le molestaba y era muy frágil pero me  las apañaba para poderle coger y estar con él en  brazos.
Qué gozada volver a sentir a mi niño en mis brazos, lo acurrucaba ,lo acunaba, se quedaba tan a gusto y tranquilo porque sentía nuestra presencia.
Nos turnábamos para poder pasar a ver a nuestro bebé. Un turno pasaba su padre y otro turno pasaba yo.
Cuando pasaba su padre para estar con Nachete también le cogía en brazos, pero cuando veía como estaba nuestro hijo  se le saltaban las lágrimas por verle en esa situación, cosa que era inevitable, porque a mi también me pasaba. 
Según pasaban los días vimos que  el botón que usaron para coserle la lengua se le soltó. Decidieron no volver a poner dicho botón para que no tuviera problemas de fonación puesto que todavía no sabíamos que no iba a poder hablar oralmente , quedándose una marca debajo de la lengua y en la parte interna del labio inferior para toda su vida.
 Como tenía muchísimos mocos, al meterle en quirófano se le infectaron con una pseudomona. Éste  era uno de los riesgos que existían al operarle con moco, pero en aquel momento era la mejor opción para su estado de salud y le tuvieron que poner un CEPAP para que el CO2 que se le acumulaba en sangre saliese fuera, ya que eso le hacía estar muy dormido durante todo el día, pudiendo causar una intoxicación  y su muerte.



CEPAP



Después de estar recuperado de esta infección respiratoria, empezó con grandes taquicardias. Le hicieron un Holter y descubrieron que también tenía extrasistolía. Afortunadamente eran las denominadas benignas y no necesitaba medicación, sin embargo le restringieron los aerosoles con ventolín para evitar que tuviese muchas taquicardias. Empezó a tener reflujo pero en ese momento no parecía nada serio.   Tuvo una gastroenteritis muy grande a causa de un rotavirus, cosas que pueden pasar cuando se está ingresado en un hospital y este proceso  también le tocó pasar al pobre papá que no paró de cambiar pañales y camas en toda la noche.
 Eso le produjo una intolerancia a la lactosa y a la proteína de la leche de vaca, comenzando a tomar DAMIRA y FANTOMALT para poder nutrirse de forma correcta sin ningún tipo de diarreas ni intolerancias.
 Por curiosidad, probé como sabía la Damira y…….Qué amarga estaba, pero una vez más Nachete se lo tomaba todo y encima lo saboreaba el comilón..Jejeje. Me recomendaron ponerle un poco de sacarina para camuflar el sabor tan amargo pero un día se me olvidó y el muy hambrón se lo tomó saboreándolo igual que si tuviese sacarina…jajaja.
Pasamos  casi cuatro meses ingresados y  después de muchos cuidados, muchos días y noches metidos en una habitación del hospital sin movernos más que para hacerle alguna prueba, nos dejaron un poco de LIBERTAD. Podíamos salir a dar pequeños paseos por la calle y respirar aire fresco!!! 
No podíamos estar más que un poquejo, porque salíamos sin oxígeno, enseguida le bajaba la saturación y nos teníamos que volver pero ese pequeño paseo por el parque sabía a gloria.
Cuando vieron que más o menos estaba estabilizado  le dieron el alta.  Por fin nos podíamos ir a casa. Eso sí,  con  oxígeno , pulsioxímetro y la nutrición especial. 
Lo dejaron todo organizado para que cuando llegásemos a casa no nos faltase nada.
Nada más llegar a casa, celebramos el  cumpleaños de nuestro pequeño de la forma que se merecía, con  corona en la cabeza y todo puesto que era el rey de la casa.


CUMPLEAÑOS



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