martes, 19 de octubre de 2021

UN INGRESO DISTINTO A LOS DEMÁS





 

Desde que le pusieron la vía central periférica, ha sido más fácil la administración de la medicación, así como la extracción de sangre para analíticas.

Cada vez estaba más espabilado y activo. Además, cuando le hacíamos la fisioterapia respiratoria, comenzaba a salir el moco con color más claro y menos espeso.

Le volvieron a tomar muestra de moco y volvió a crecer la pseudomona. Los médicos nos informaron que estaba colonizado por dos cepas distintas de pseudomona, siendo éstas multi resistentes a casi todos los antibióticos. Una de ellas, es resistente a todos los antibióticos menos a uno, siendo también sensible a los antibióticos inhalados. La otra cepa, es resistente a los antibióticos inhalados y a casi todos los antibióticos intravenosos. Solo coinciden las dos cepas su sensibilidad a un antibiótico, pero lo quieren reservar por si se pone peor, porque sino se nos acabarían las opciones de tratamiento frente a esta bacteria y entonces sería un gran problema.

Al ser las cepas multi resistentes, decidieron subirle la dosis de meropenem y bajarle la velocidad de infusión, de esa manera se mantendría más tiempo el antibiótico con el fin de alargar su efectividad y de momento, parecía que funcionaba.

Este ingreso estaba siendo realmente distinto, porque los últimos ingresos han sido muy duros, donde ha necesitado gran soporte respiratorio para que mantuviera una ventilación óptima para su supervivencia y sin embargo, esta vez no estaba necesitando la Bipap y tampoco necesitaba aporte extra de oxigenoterapia. Tan solo 0.5 litros, sobre todo dependiendo de los mocos que tuviese.

Iba mejorando día a dia, la auscultación era cada vez más limpia y estaba empezando a ser un riesgo el que se infectase de otro bichito del hospital.

Una mañana temprano, vinieron los neurólogos que se encargan del servicio de paliativos pediátricos, a ver el estado de Nacho. Me preguntaron si ya nos queríamos ir a casa y yo les contesté que estaba deseando ir a  casa. Que estaba esperando a ver algún resultado del cultivo, pero en cuanto dijeran algo, les iba a insistir en terminar en tratamiento en el domicilio, además, esta vez era más fácil al tratarse de una vía central. Es verdad que hay que tener mucho cuidado para que no se infecte, porque sería peligroso, pero después de la experiencia con una vía periférica, prefería la vía central, pues no habría problemas de fallo en el flujo.

Estaban convencidos de que me iba a apañar bien.

Una vez se fueron los neurólogos, vino la pediatra para  comunicarnos que iban a hacer las gestiones burocráticas, para poder seguir el tratamiento en el domicilio.

Esa tarde, Nacho estaba como loco de alegría y no paraba de gritar y de reir. Parecía que se  estaba oliendo que nos íbamos a ir. 

Al día siguiente, ya nos comunicaron que nos daban el alta hospitalaria. Nos íbamos a casa a continuar con el tratamiento intravenoso con supervisión de enfermería para la cura del  catéter.

Estábamos locos de contentos, porque ya teníamos ganas de estar en nuestro hogar. Además, así íbamos a evitar una sobre infección por otro bichito, o lo que viene a decir, infección nosocomial o propia del hospital.

Así que recogimos todos los bártulos y nos fuimos a casa.




 Ya en casa era todo distinto. Cierto es, que ahora era yo la que tenía que estar pendiente de la preparación de su dosis, así como de su administración, pero podía estar con su padre y mi pequeño Ángel.

La primera noche fue toda una novedad, pero a pesar de las horas que tenia que visitar a Nacho en su habitación, él estaba súper relajado, tranquilo, con buenas constantes y al dia siguiente se levantó tan feliz.






Vino la enfermera del hospital a curarle el catéter y para cambiarle el plástico protector. En un principio se lo dejó muy bien puestecito, pero Nacho movía muchísimo los brazos y poco a poco, se fue a ocodando y cuando le fui a poner el pijama, me di cuenta de lo sucedido  y que iba a ser un problema en la dosis de las doce de la noche. Así que llamé por teléfono a su enfermera y vino a colocarle bien la vía. Ya no habría problemas.




Nos quedaba un par de días para terminar con el tratamiento intravenoso y para la retirada de la vía central.
Habíamos pasado otra prueba. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario