martes, 7 de junio de 2016

ADELANDE




Hola de nuevo, entre el trabajo, las actividades de Nacho,  los mocos y todas las rutinas, sacamos un poco de tiempo para poder escribir sobre las anécdotas de NACHO EL NIÑO FELIZ.





Una vez que supimos la noticia de la lesión cerebral de Nacho, seguimos yendo al centro base a logopedia, psicomotrocidad y a fisio todas las semanas. A Nacho le gustaba, porque ya las conocía y se lo pasaba bien.

Le empezaron a hacer las analíticas de cadena muy larga y de corta.
También le mandaron los potenciales evocados auditivos. 

Fuimos un día a la prueba de los potenciales. Le dieron un jarabe sedante. Supuestamente  cuando te lo dan te entra mucho sueño y te quedas tan relajado que te duermes. A Nacho le hacía el efecto rebote. 
Le dieron el jarabe y cuando ya le había hecho su efecto, notó que algo no iba bien y se empezó a poner muy alterado, super dormido y sin embargo luchaba con todas sus fuerzas para no dormirse. Hay que decir, que Nacho tiene la peculiaridad que es un poquito cabezón y cuando en su cabeza solo existe el chip de estar despierto, no procesa otra orden y se descontrola.
Fue todo un caos. Se solucionó todo porque se pusieron el doble de dosis y al final su cerebro tuvo que ceder, quedándose dormido, ahora, los efectos le duraron todo el día al pobre.

Los resultados no fueron muy favorables que se diga, pues parecía que tenía hipoacusia en el oído derecho.

Afortunadamente era por los mocos que tenía. Le hicieron los drenajes timpánicos y aquello parecía que mejoraba por momentos.

Al principio de tener mejor oído, parecía que su equilibrio iba a peor, pero cuando se estabilizó del todo mejoró en todos los aspectos.

Ya era un poquejo más mayor, entre el NISSEN que favoreció a que ya no tuviese tantas pausas y los drenajes timpánicos, su situación era cada vez mejor y poco a poco nos fuimos normalizando.

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